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El Aprendizaje en Línea es mucho más que solo usar Zoom

La reciente cuarentena que muchos países han atravesado, precipitó el uso masivo de tecnologías digitales que ya existían en el mercado.

Tal es el caso de las herramientas de videoreuniones como Zoom (que sumó más de 300 millones de usuarios en los últimos meses), Google Meet, Cisco WebEx, Microsoft Teams, Jitsi (un proyecto de código abierto) e incluso las recientes salas de WhatsApp.

Antes de la existencia de estos servicios, efectuar una videoconferencia con decenas de participantes era excesivamente costoso: era casi imprescindible contratar a empresas que se dedicaban a ello, con tarifas elevadas, privativas para muchas empresas e instituciones. Hoy, hacerla no requiere más que una conexión a Internet aceptable, cámara Web y un micrófono. De todo lo demás, se encargará la plataforma contratada, lo que, sumado a las restricciones a la circulación de las personas (suspendiendo los cursos de modalidad presencial), resultó en la adopción rápida y a gran escala de estas herramientas.

En muchos casos, esta “rapidez” significó simplemente el traslado de las clases presenciales al ámbito digital sin ajustes ni adaptaciones, ignorando las valiosas cualidades que ofrece el Aprendizaje en Línea.

Hemos observado cursos que solo consisten en clases sincrónicas (en tiempo real, similares a las presenciales). En las que se pretende que los estudiantes coincidan en un horario para pasar hasta 3 horas delante de una pantalla escuchando a un disertante, unos minutos para preguntas (lo que llega a ser muy caótico en clases de 100 personas)… y nada más.

El Aprendizaje en Línea, en realidad, ayuda al estudiante a poder administrar sus propios tiempos de formación, dándole herramientas para pausar y retomar sus sesiones cuando lo requiera (sin que por ello sienta que “se perdió” de algo). Por ejemplo: es común encontrar profesionales que sólo disponen de la tranquilidad de los horarios nocturnos para el estudio. Para no excluirlos, son precisas estrategias que contemplen esto, con cursos disponibles las 24 horas, adaptándose a sus ritmos de aprendizaje y ocupaciones.

Por supuesto, en medio del caos de la pandemia, la adopción de estas plataformas permite que muchos procesos de formación puedan continuar, proveyendo una rápida respuesta a una situación inesperada. Pero ya es tiempo de avanzar en la implementación integral del Aprendizaje en Línea, sin limitarlo a una sola herramienta y así, lograr que el estudiante aprenda con todos los beneficios que esta modalidad le puede ofrecer.

Lic. Ricardo Acosta García.

Consultor de e-learning

 

 

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